jueves, 24 de marzo de 2011

La resistencia manifestada en el Zócalo ejemplificada mediante el arte: Proyecto 21

Es frecuente consultar los periódicos y encontrar artículos que presenten textos y fotografías referentes a marchas que se apoderan del zócalo como manifestación de disgusto por políticas públicas, incumplimiento de proyectos en sus lugares de origen, abusos de burócratas, problemas agrarios, demandas laborales, quejas ambientales, visibilización de creencias, tomas simbólica de “un gobierno legítimo”, entre otras múltiples justificaciones para ocupar el espacio. Por otro lado también es un espacio de apropiación mediante las manifestaciones artísticas y culturales que son vastas en las cuales se hace notar la población mediante su consumo cultural. Sin embargo, es interesante el fenómeno de los artistas como el Colectivo de Proyecto 21 que se atreve a apropiarse del zócalo, fusionando un tipo de consumo cultural y manifestar demandas sociopolíticas mediante expresiones artísticas, en este sentido Canclini explica el consumo no sólo como el hecho de comprar productos bajo la óptica capitalista, sino en el sentido de apropiación de signos, “cuando se reconoce que al consumir también se piensa, se elige y reelabora el sentido social hay que analizar cómo interviene esta área de apropiación de bienes y signos…En otros términos, debemos preguntarnos si al consumir no estamos haciendo algo que sustenta, nutre y hasta cierto punto constituye un nuevo modo de ser ciudadanos” , bajo esta premisa podemos incluir la apropiación de aquellas personas observadoras que en ese momento se fusionan a la resistencia simbólica con el simple hecho de sentir empatía por el acto performativo que hace proyecto 21, apropiándose conjuntamente del espacio público al ser espectadores, mantenerse durante la intervención y convirtiéndose en sujetos de la recepción de un mensaje anti-hegemónico.

El registro fotográfico e histórico que Proyecto 21 ha elaborado en relación al Zócalo menciona intervenciones tales como la presentación de su colección “momo” en Noviembre del 2006, Colección Protesta v.2. Contra la militarización del país, cuyo lema principal era “arte si, armas no” (14 de Noviembre del 2007), ELU (Extraordinaria Liga de la Ultraderecha – prueba uno) en Julio del 2007, entre otras intervenciones y performances que han presentado específicamente en la plancha del zócalo.



A pesar de la composición de unos cuantos sujetos que suman un puñado de voces, el efecto es impresionante, pues el poder de convocatoria de Proyecto 21, atrae a señoras, niños, jóvenes o cualquier persona que vaya “de pasada”, logrando la apropiación y disfrute de una plaza que a pesar de sacralizarse mediante rituales nacionalistas del Estado en días específicos o formar parte de la representación del catolicismo en México como religión “oficial”, finalmente regresa a manos de la cotidianeidad de la población capitalina y visitante que camina por el lugar. Cuando Proyecto 21 consigue mantener a los espectadores al tanto del performance por lo llamativo de los vestuarios “reciclados” los cuales son fotografiados no sólo por el público de la sociedad civil, sino por periódicos, revistas y diversos medios de información, logran también mediante el discurso y postura política una empatía en relación a las problemáticas que evidencia. En este sentido la resistencia de Proyecto 21 no es el mero hecho de “estar” o “presentarse” en el sitio, sino de romper primeramente con el transcurso de actividades que ocurren en el zócalo diariamente, con lo “cotidiano”, por otro lado, es de forma central la convocatoria a los transeúntes y conseguir congregar decenas de personas en un espacio “vacío” pero con fuerte poder simbólico. En relación a este poder lo afirmo mediante lo expuesto por Bourdieu acerca del poder simbólico y el espacio: “El poder simbólico de los agentes como poder de “hacer ver” —theorem— y de “hacer creer, de producir y de imponer la clarificación legitima o legal” depende, en efecto…de la posición ocupada en el espacio (y en las clasificaciones que se encuentran potencialmente inscritas en él)” .


La forma de cuestionar la dominación hegemónica mediante la visión de Proyecto 21 en el espacio público es exhortar mediante el arte; señalizando, evidenciando e informando de las prácticas hegemónicas de las instituciones culturales, económicas, sociales, entre otros sujetos que se consolidan como los verdugos de la “justicia social”, llevar el arte a la calle, manifestando una resistencia hacia los fuertes paradigmas culturales como la hegemonía católica, cuando se mantienen en la postura de aceptar el aborto y cuestionar las prácticas homofóbicas y pederastas del clero, también al Estado, del cual crítica las diversas acciones que acusa por el beneficio de una cúpula, incumplimiento de sus funciones, negar la igualdad de derechos a las personas que manifiestan diversidad sexual, entre decenas de demandas, ó al mismo sistema artístico el cual tiene sus templos y lugares de confort dentro de museos, galerías y demás espacios los cuales difícilmente buscan estar al tanto de las problemáticas del día a día de la gente común y sus problemas habituales.


El Zócalo, después de la década de los 60s se ha convertido en un espacio lúdico donde se juegan roles en una dinámica de relaciones de poder, bien afirma Bourdieu que “No hay relaciones de comunicación o conocimiento que no sean, inseparablemente, relaciones de poder. Y las relaciones culturales pueden operar como relaciones de poder justamente porque en ellas se realiza la comunicación entre los miembros de la sociedad y el conocimiento de lo real” , de está manera una explanada llena de simbolismo histórico, cultural, económico y social se convierte en un espacio en el que no solamente se legitima y construye el imaginario del poder hegemónico en sus distintas presentaciones, sino que también se construye el imaginario simbólico de la resistencia en el acto de apropiación de un espacio que visibiliza por ser focal, manifestando su voz por que es imposible evitar la “incomodidad” del tráfico vial o ignorar las llamativas prendas de mujeres y hombres que se “plantan” en el zócalo a decir lo que sienten y piensan acerca de sus preocupaciones y vivencias dentro de la sociedad mexicana y mundial.

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